Ciencia contra violencia. Primera parte.


Fuente: Ideas TED
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia es una de las principales causas de muerte a nivel mundial en personas de entre 15 y 44 años. En este mundo que nos tocó vivir cada hora mueren 20 jóvenes por violencia interpersonal y al día, se registran 800 decesos de personas que se ven involucradas en conflictos violentos de cualquier índole.

Sin duda hay países y ciudades en específico donde se registran más actos violentos que en otras pero nadie está excento. De acuerdo al índice 2014 presentado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal la abrumadora mayoría de las 50 ciudades más violentas del mundo se ubican en el continente americano (47) y en particular en América Latina (43). Es decir, tenemos el problema en casa.

Alcaldes, organizaciones civiles y ciudadanos por cuenta propia han probado un sinfin de proyectos para combatir la creciente violencia, ¿cuáles han funcionado?, ¿cuáles no y por qué?, ¿castigar, reprimir y encerrar es la cura?, ¿ayuda el arte? y... ¿la ciencia?.

La violencia es un fenomeno dirigido por el cerebro humano y hoy, gracias al trabajo del Doctor en Medicina Gary Slutkin de la Universidad de Illinois y su equipo, se sabe que los procesos cerebrales tales como la violencia son también contagiosos.


Lo que el Dr. Slutkin encontró es que el fenómeno de la violencia puede ser visto y tratado como una epidemia; cual si fuese una enfermedad infecciosa que afecta individuos y poblaciones enteras. Como en una epidema (con miras a volverse pandemia) hay un periodo de exposición, algunos individuos son más susceptibles que otros a contagiarse, despues viene la fase de incubación en la poblacion que resultó vulnerable, pronto se verán los primeros síntomas que nos permitirán saber que el individuo está enfermo y después el indeseable contagio.


Dos hechos son muy alentadores en este hallazgo: el primero es haber podido comprobar que la exposición a la violencia incrementa la posiblidad de contagio; ser una víctima o ser un cotidiano espectador de la violencia nos hace más vulnerables a cometer actos violentos. El segundo hecho esperanzador es que como para muchas otras epidemias la ciencia nos regala el diagnóstico pero tambien la cura.

La cura de la violencia de acuerdo a Slutkin y a su organizacion "Cure Violence" comienza cuando se decide tratar a las comunidades violentas como si fueran una poblacion infectada por una epidemia. A diferencia de otros tipos de enfermedades aquí no es necesario ni hombres vestidos de blanco con tapabocas y guantes, tampoco hay que aislar a los individuos en habitaciones pulcras pero sí es necesario intervenir con urgencia en la población para detener, en primer lugar, nuevos eventos de infección, despues es necesario encontrar a la poblacion enferma y a la más vulnerable y entonces, cambiar condiciones sociales y ambientales para detener la propagación.

El programa piloto de método de cura de violencia se desarrolló en el año 2000 en West Garfield Park con éxito; después de esta experiencia se hicieron algunas modificaciones y adaptaciones y hoy el método esta vigente en muchas ciudades del mundo (incluidas siete en Latinoamérica).

Fuente: cureviolence.org
El combate a la epidemia inicia con la selección del equipo que hará el trabajo de campo el cual está integrado principalmente con locales para cumplir con algo fundamental: generar confianza. Los individuos infectados son detectados y el equipo se concentra entonces en trabajar en buscar una cura para ellos y en intervenir en sus hogares detectando la vulnerabilidad de su familia al contagio y previniendo el mismo a través del estímulo para cambiar conductas de riesgo. La actuación del equipo crece cuando comienzan a trabajar en detener la propagación actuando a nivel comunidad, enseñando a la gente del barrio conductas más ambles dejando claro que el más violento no es el que merece el respeto, lo merece el que se atiende, se cura, evita el contagio.

Un científico busca cambiar el mundo violento a traves de la ciencia y muchos otros cientificos curiosos por lo que está haciendo han decidido evaluar su trabajo. Instituciones tan prestigiosas como Johns Hopkins y la Universidad Northwestern han ido a las ciudades donde Slutkin y su equipo trabajan; los evaluadores han encontrando resultados tan alentadores como una baja en la tasa de crimenes de mas del 50%, una reducción de hasta el 100% en la propagación de la violencia a comundiades aledañas a la zona de conflicto y una dismnución del número de habitantes considerados en un inicio como vulnerables.

La violencia se explica con ciencia pero también se combate con ciencia tal como lo ha demostrado el proyecto "Cure Violence" y  muchos otros proyectos smilares a lo largo y ancho del mundo de los que hablaré en la segunda entrega de este articulo.

En una batalla de la ciencia contra la violencia, pese a que la segunda use armas poderosas y trampososas yo le apuesto a la ciencia y los alcaldes del mundo que no han considerado esta arista deberían tomarla con un poco mas de seriedad.

Para saber más:
  • Gary Slutkin fue orador en la Semana Nacional de Prevención de la vilencia 2014 en México. Su charla puede verse aquí.
  • La charla TED del Dr. Slutkin (disponible sólo en inglés) puede ser vista aquí.
  • El documental "The Interrupters" ("Parando las balas" en español) dirigido por Steve James, registra el proceso del método del Dr. Slutkin en su puesta en marcha en Chicago. Fue seleccionado en Sundance en 2011 y se hizo con el Premio del Jurado en el festival de Shefield.
  • Lee "Ciencia contra violencia. Segunda parte" en este blog

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