Ser Alcalde, Intendente o Presidente Municipal sin duda es un honor, un fuerte alimento para la autoestima y una maravillosa oportunidad. Ejercer cualquiera de estos cargos la verdad es que debería de dar miedo dado la inmensa responsabilidad que significan, ser alcalde de una ciudad de 2 millones de habitantes equivale a tener un trabajo de lunes a domingo, sin horario fijo y bajo la mirada inquisitiva de dos millones de jefes. Pero no es así, en la mayoría de las ciudades estos cargos se ejercen por el gusto de tener poder y no por el afán de servir al pueblo.
Los habitantes de las ciudades actuales muchas veces tienen una larga lista de reproches que hacerle a sus gobiernos y de cara a las elecciones sienten que no hay nadie que puede representarlos. Pero por ahí en Inglaterra la visión de un grupo de ciudadanos es diferente y han decidido cambiar los gritos de furia por discurso y acciones que alienten a los jefes de gobierno a servir con honestidad.
Así surgió City Mayors y el proyecto World Mayor; ciudadanos hartos de malos gobiernos se reunieron en 2003 con la finalidad de promover, alentar y apoyar el buen gobierno local. La organización invita a los líderes locales a trabajar bajo su código de ética que asegura que podrán llevar a cabo sus funciones fuera del alcance de todo reproche.
Esta organización reconoce cada dos años el trabajo de los buenos gobernantes a través de un premio que entrega a los alcaldes que han demostrado tener la visión, la pasión y las habilidades necesarias para hacer de sus ciudades maravillosos lugares para vivir, trabajar y visitar.
Hace unos cuantos días (8/enero/2013) se entregaron los reconocimientos correspondientes al año 2012; esta vez fue Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao el que se llevó a casa una hermosa escultura que le recuerda que es simple y sencillamente el mejor alcalde del mundo. En 2010 fue Marcelo Ebrard, jefe de gobierno de la Ciudad de México el que fue reconocido por esta organización y en 2008 fue el turno de Hellen Zille de Ciudad del Cabo en Sudáfrica.
Así como muchos chilangos (oriundos de la Ciudad de México) criticaron y cuestionaron hasta el cansancio el reconocimiento de Ebrard seguro hoy muchos habitantes de Bilbao están en el mismo proceso así que sería bueno saber qué fue lo que esta organización vio en ellos para hacerlos merecedores de tal reconocimiento.
De olvidada a icono cultural: La historia de Iñaki Azkuna
En el ocaso de la década de los 90, Bilbao era considerada una ciudad industrial en franco declive; en 1999 Azkuna es elegido alcalde por primera vez y decide usar el recién inaugurado Museo Guggenheim como el pivote para producir un cambio total en la ciudad. La gente entonces protestaba que el museo era una locura muy costosa pero hoy se ha transformado en un icono que ha incrementado en 600 mil los visitantes a la ciudad. El Museo por sí mismo ha contribuido en 2,4 billones de euros al PIB del País Vasco desde su apertura y ha convertido a Bilbao en un polo cultural no sólo en España sino también en toda Europa.
A partir del Guggenheim Azkuna pudo renovar el transporte público, embellecer la ciudad, construir un nuevo aeropuerto y además, aunque pocos lo crean, pagar toda la deuda de la ciudad sin comprometer las inversiones importantes y el correcto funcionamiento de la ciudad. Es reconocido además por liderar una de las administraciones más transparentes.
Re-elegido como Alclade en varias ocasiones, Iñaki Azkuna es en general querido por el pueblo; sin embargo en 2011 el desalojo de un edificio utilizado como centro social degeneró enfrentamientos entre policías y manifestantes; Azkunda defendió la acción policial y esto le costó muchas críticas.
A favor de la región más transparente: La historia de Marcel Ebrard
Ebrard fue elegido jefe de gobierno del Distrito Federal en 2006 y lo que a City Mayor y los votantes les llamó la atención fue el “Plan Verde” que Marcelo firmó poco tiempo después de ser elegido. El plan fue diseñado entre otras cosas para reducir la emisiones de gases de efecto invernadero recordando que hace 20 años México era la ciudad más contaminada del mundo; hoy ha salido de la lista de las 10 ciudades con la peor calidad de aire.
El Plan Verde incide además en la conservación de suelo, en la habitabilidad, en el espacio público, en lograr la autosuficiencia hídrica, mejorar la movilidad, lograr una adecuada gestión de residuos sólidos y ahorrar energía. De este Plan nació el sistema de bicicletas públicas “Ecobici”, los huertos urbanos, los mercados de trueque pero también del escritorio de Ebrard nació el proyecto de la Supervía lo que llevó a muchos a cuestionar el galardón recibido.
Ciudad segura e inclusiva: La historia de Hellen Zille
La Sudafricana Helen Zille ha sido comparada incluso con Nelson Mandela y Desmond Tutu; fue reconocida simple y sencillamente por devolverle a su pueblo la esperanza reduciendo el consumo de estupefacientes, bajando 3 puntos porcentuales la tasa de desempleo, denunciando casos de corrupción dentro de la policía y logrando la gran hazaña de reducir los delitos en un 90%.
Seguramente ninguno es el alcalde perfecto pero también seguramente han hecho más cosas y las han hecho mejor otros. Alcaldes y ciudadanos debemos comprender que esta no es una historia de reyes y súbditos, tampoco lo es de policías y ladrones o de celebridades y fanáticos. La historia debe ser de ciudadano vigilante y gobernante responsable, de ciudadano participativo y gobernante inclusivo de elector informado y candidato honesto: El mejor alcalde del mundo seguro lleva un barco tripulado (o así debiera ser) por los mejores ciudadanos del mundo.
Un poco más de información: Los alcaldes iberoamericanos que han desfilado en la lista de finalistas.
Edición 2012
Iñaki Azkuna de Bilbao, España – 1er lugar
Alfonso Sánchez Garza de Matamoros, México –10º luga.
Edición 2010
Marcelo Ebrard de Ciudad de México, México - 1er lugar
Antonio Ledezma de Caracas, Venezuela - 6º lugar
Edición 2008
Leopoldo Eduardo López de Chacao, Venezuela – 3er lugar
Jaime Nebot de Guayaquil, Ecuador – 6º lugar
Salvador Gándara de Villa Nueva, Guatemala – 10º lugar
José Gogaça de Porto Alegre, Brasil – 11º lugar
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