Tejiendo una nueva cultura cívica

Foto: Megan Boesen

Las ciudades modernas, esas donde todo se consigue, donde la oferta cultural es amplia, donde todo se resuelve con una llamada telefónica, donde hay miles (o millones) de oportunidades de empleo; las ciudades dibujadas como idóneas para la vida hoy son la casa de una población sedentaria, de ciudadanos aislados, de gente enojada, de jóvenes frustrados, de niños hastiados, son la cuna de la violencia, de la desigualdad.

La fotografía de la ciudad del siglo XXI es clara y si la observamos de cerca, con calma, con la mente fría es concluyente: el modelo originalmente planteado se ha fragmentado. Las ciudades se polarizaron, se deshumanizaron, crecieron demasiado, se desarrollaron poco, el tejido social se ha deshecho.

Esta visión es clara para muchos y preocupa. Preocupa cada día más porque los niños que están creciendo en estas ciudades cuando son un poco mayores encuentran con mayor facilidad armas, violencia, drogas, resentimiento que armonía, ética, libros, pinceles, deportes, amigos. Afortunadamente son muchos los urbanistas, sociólogos, pensadores, activistas y gobiernos que se han dado cuenta de esto y han comenzado a plantear soluciones. 

Hace unos días tuve la oportunidad de conocer de cerca una de estas propuestas por acá por Uruguay; se trata del proyecto denominado "Plazas Deportivas Siglo XXI" el cual inicialmente estaba exclusivamente en manos del Ministerio de Turismo y Deporte pero que ahora involucra a varios Ministerios y Dependencias más. 

Su nombre sugiere que es un proyecto destinado a promover el deporte y nada más; pero en realidad, no es así y por ello el equipo que le está dando vida a esta idea está formado por arquitectos, especialistas en educación física, gestores culturales, asistentes sociales, psicólogos, sociólogos; estas plazas son un híbrido equilibrado entre un polideportivo y un centro cívico.

Y es precisamente un centro cívico bien planeado, proyectado, construido y gestionado lo que necesita nuestra desgarrada sociedad para encontrar la punta de la madeja y poder volver a tejer lo que algún día fueron los vecindarios amables. 

En las Plazas Siglo XXI chicos y grandes podrán practicar deporte; habrá espacios recreativos, propuestas culturales y un cúmulo de cosas que al final hacen que este sitio sea como un gigantesco imán que atraerá a la comunidad permitiendo que los vecinos se conozcan, que los niños jueguen, que las abuelas charlen, que las familias se organicen, que los problemas sociales se reconozcan, que el colectivo se sienta dueño de su barrio y como tal lo cuide, proteja y sobretodo que le llene de orgullo. El policía de barrio volverá a tener su lugar (físico y social) y en vez de representar al enemigo será el que vele por la seguridad, el que sepa resolver las discordias evitando la violencia, el que tenga la fotografía precisa y actualizada del barrio.

El hecho de incidir en el área cívico-social no deja de lado la propuesta deportiva que es la que inicialmente le dio vida a este proyecto y por ello las Plazas incluyen instalaciones que muchos no han tenido a su alcance como piscinas techadas y climatizadas y también la infraestructura necesaria para que los jóvenes practiquen deportes como patinaje o patineta.

Si alguna vez practicar deportes a la par que te reúnes con amigos y le das valor a tu tiempo libre se considero elitista; esta propuesta sin duda pone al alcance de todos esta forma de vida; al final del día es una especie de "club" público con evidentes beneficios colaterales.

Dicho sea de paso que el proyecto considera además elementos de arquitectura bioclimática, el uso de energías renovables y la garantía de una estrategia financiera y presupuestaria que les permita no sólo construir estos sitios sino también gestionarlos por un largo tiempo.

Personalmente apuesto por este proyecto, pronto Uruguay tendrá plazas para que las abuelas se sienten a tejer no sólo una prenda para sus nietos sino una sociedad más parecida a la que tenían cuando eran unas niñas.

Un agradecimiento especial al Arq. Daniel Daners (@danieldaners) por el valioso tiempo y la información que me proporciono para poder escribir este artículo.

Comentarios

  1. Vaya no sabia de esto, muchas gracias por la nota. Todo lo que sea sacar a los niños de las calles es buena cosa.

    Un saludo!!

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  2. Hola ¿como están? primero felicitar y agradecer por el blog y los articulos. Ojalá sea así los de las plazas, tener un espacio donde lo "cotidiano se vuelva mágico" como supo ser en en tiempo, donde la recreación era parte de nuestra vida.
    Lo que realmente me preocupa y lo digo con bondad es que la vida de hoy no nos permite vivirla como se debe, quiero explicarme y ser sencillo a la vez.Las playas, las costas, los rios, las cometas siguen estando los que faltamos a los lugares con nuestros hijos y nietos somos nosotros. por otro lado cuando sales de ese lugar, te espera una cantidad de automoviles y motos la mayoría de ellos innecesarios pues se usan por que se tienen. Creo que otro debe muy grande que tiene este país y su sociedad es cambiar el transporte o por lo menos promocionar más el caminar y el andar en bicicleta, porsupueto creando las ciclovias que se prometieron en el 2009. saludos a ustedes y gracias por promocionar el razonamiento. Alberto Sosa (Montevideo)

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  3. Gracias por el comentario Alberto y me quedo en mi corazón y en mi mente con la idea de trabajar para que lo "cotidiano se vuelva mágico" ¡Hermoso!

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  4. Sofía: es un gusto y un honor que hayas leído mi comentario, lo de lo cotidiano se vuelve mágico es realmente hermoso, tan hermoso como el texto del poema entero o a esta altura una canción de Los Carbajal que cantaba con una sensibilidad extraordinaria Mercedes Sosa, el titulo de la canción "Las manos de mi madre" además tiene mucho que ver con lo que tu buscas expresar en el blog, por lo menos para mí.Eso fue lo que en realidad me llevo a a escribir esas frases, además recomiendo escuchar esa canción,gracias. Alberto Sosa

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