De censura, represión y ciberprotestas

Foto: kick_start como parte de la campaña contra la censura de Flickr

Cuando era niña  y estudiaba la historia del movimiento de Independencia de México, lo de las conspiraciones me parecía incomprensible y hasta inaudito; no podía entender que la situación fuera tal que la gente se tuviera que esconder para hablar, para organizar algo que al principio no sabían bien que era y que al final fue la Guerra de Independencia.

200 años después está ahí por todo el mundo otra vez el olor de ciudadanos escondidos hablando de cómo hacerle para poner punto final a gobiernos represores, abusivos, corruptos, dictactoriales, miopes; de cómo hacer para que quien la deba la pague, para que la palabra impunidad desaparezca de nuestra sociedad y si es posible del diccionario. También hay ciudadanos que hablan en voz baja sobre cómo protegerse de la creciente violencia, sobre cómo blindar a sus familias; hablan así quedito porque ya nadie sabe en quien se puede confiar.

Y la idea de la conspiración surge porque también hay quien alza la voz y con su pluma (o teclado) escribe en blogs, en redes sociales y en periódicos independientes lo que piensa, lo que propone; hay quien alza la voz e instala una televisora independiente que a través de Internet ofrece información veraz a su audiencia; hay quien alza la voz y organiza campañas, reúne firmas, convoca a movilizaciones. Para todos ellos parece que los gobiernos, las grandes empresas y algunos otros gigantes anónimos tienen una buena dosis de censura y represión
La Primavera Árabe debe haber dejado sin habla a cientos de gobernantes alrededor del mundo; cómo es posible que los que comenzó con unos tweets y unos mensajitos de celular acabara en revoluciones. Los indignados de España llevaron siempre bajo el brazo el arma de las redes sociales y no se diga de los ocupantes de Wall Street. Países como Venezuela han optado mejor por controlar y restringir parcialmente Internet y la lista de países "enemigos de la red" crece día con día.

La respuesta del ala poderosa ha sido contundente: "¡Se les acabó la fiestita! Ni se organizan más con ayuda de su teclado, ni hablan mal de nosotros, ni usan la red como se les ocurra. Y de castigo se quedan sin películas y música gratuitas".

Hoy Twitter anuncia posibles censuras de contenidos, Google no se queda atrás y todos los blogueros ahora habremos de cuidar que lo que escribimos efectivamente permanezca intacto en la blogosfera, Facebook se encamina para allá y para no dejar cabo suelto alguno hasta conservador es ahora el ciberespacio y Apple decide no publicar la palabra "pene" como parte de la portada de la revista "Muy Interesante" en su versión para iPad.

Estas son las grandes censuras, pero también hay otras pequeñas tan indignantes como las primeras y muchas veces muy tontas; tal es el caso del grupo de Facebook que promueve la lactancia materna y al cual le censuran las fotos de "desnudos". 

Además de estas grandes y pequeñas censuras está la cara cruel y violenta de esta historia que es la pérdida de la libertad de expresión y el riesgo que hoy significa para muchos alzar la voz. Reporteros Sin Fronteras reportó 75 periodistas muertos en 2009, fueron 57 en 2010 y 66 en 2011; en lo que va del 2012, han perdido la vida cuatro periodistas más. Hay 154 periodistas encarcelados en este momento a los cuales los acompañan 123 "net ciudadanos" o cibernautas catalogados por los gobiernos como disidentes, peligrosos y hasta terroristas.

En Latinoamérica la libertad de prensa pende de un hilo; México es el país más peligroso del continente para los medios de comunicación y la situación actual es catalogada como difícil. En Colombia la situación no es mucho mejor y Reporteros Sin Fronteras reconoce la existencia de espionaje de periodistas por parte de servicios secretos. En Bolivia, Brasil, Venezuela, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú la situación se cataloga como delicada; solamente en Argentina, Uruguay y Chile la libertad de prensa es satisfactoria.

Las ciber-actividades penadas, los blogs censurados, los ciber-activistas encarcelados y las páginas de Facebook desparecidas muy probablemente sean un peligro para las esferas de poder más no para la sociedad.

Deberían mejor censurar los noticieros mentirosos, los "reality shows" vacíos, los "talk shows" patéticos, los dibujos animados violentos, las telenovelas clasistas, los anuncios racistas y las parodias homofóbicas. Eso sí, que es un peligro para la sociedad.

Comentarios

  1. La censura es fundamentalmente ignorancia, miedo, incomprensión, y son los poderosos los primeros en querer tener a todos dentro de sus miopes visiones, y cotas de poder. Esto algún día será el recuerdo ingrato de una era de enajenación ... La humanidad va por valores adquiridos por conciencia, no por imposición. De eso yen tuvimos bastante, y así como en menos de diez años nos invadió la conciencia del ciber espacio colectivo, un día no muy lejano la balanza se inclinara en favor de las libertades, los valores, y la conciencia del ser, con sus inminentes claroscuros, y policromías de visión.

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