El precio de la discriminación

Foto: Ashley Coombs

La violencia nos preocupa hoy a todos y nos preocupa cada día más porque vemos cómo se esparce cual  plaga y cómo crece cual hiedra venenosa tomando formas jamás imaginadas. De la mano de la violencia disfuncional, de la que es evidente, va la discriminación.  El racismo, la homofobia, la misoginia, la xenofobia y la exclusión social son el pan nuestro de cada día y son también una forma de violencia, más estructurada, más rutinaria, tal vez más silenciosa pero igual de peligrosa.

La hambruna de los rarámuris en la Sierra Tarahumara, el escándalo del "Gentleman de las Lomas", Miguel Sacal Smeke, la penosa conducta de las "Ladies de Polanco", que la hija de un candidato a la Presidencia de la República llame "plebe" al pueblo mexicano son muestras claras de que en México se discrimina.

Pero no sólo en México hay discriminación escandalosa o silenciosa, ahí tenemos el caso de las "nanas de Chicureo" en Chile, la cumbia villera y la cumbia plancha en Argentina y Uruguay como un grito de protesta de jóvenes que se sienten relegados por pertenecer a otra clase social, la lucha de las mujeres ecuatorianas y peruanas por tener un lugar en la sociedad española o el caso de la ex-candidata parlamentaria peruana que siendo invidente intentó entrar a un restaurante con sus perros guía y no sólo le fue impedido el acceso, también se le amenazó con echarle agua caliente.

La discriminación genera intolerancia, resentimiento, inseguridad, violencia. Una ciudad no puede ser sustentable si sus ofertas de trabajo dan preferencia a un género, si los indígenas son vistos sólo como piezas de museo, si los barrios pobres son para los de una raza diferente, si el dinero compra autoridad y prepotencia, si el VIH es tratado peor que la lepra, si los niños no le hablan a un compañero de la escuela porque su ropa no es fina, o si la esclavitud es legal en alguna de sus modernas modalidades como es el caso de las condiciones de trabajo de muchos obreros y empleadas domésticas.

La violencia, en cualquiera de sus modalidades, suele ser un síntoma de falta de integración y cohesión social. Así que no sólo somos violentos por el tráfico de drogas o por la ambición desmedida; somos también violentos porque nuestras ciudades hoy no tienen capacidad de generar espacios y oportunidades suficientes, equitativas e innovadoras para todas.

Según el libro “Población afrodescendiente y desigualdades étnico-raciales en Uruguay”, publicado en 2010 por la ONU, las remuneraciones de un uruguayo afrodescendiente son 30% inferiores en promedio respecto a las de un uruguayo blanco.

En México, de acuerdo al último informe del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) siete de cada diez jóvenes de nivel socioeconómico muy bajo y bajo afirman que no los aceptaban  en los empleos debido a su apariencia, en contraste, jóvenes de nivel medio, medio alto y alto no consideraron que su apariencia sea una razón por la cual no fueron aceptados en un trabajo.

En España, el Ministerio de Igualdad determinó que el desempleo afecta más a los gitanos, que el 34% de los inmigrantes son acosados o maltratados por sus vecinos y que más del 20% de los españoles consideran que los minusválidos son menos productivos en el trabajo.

En Argentina, de acuerdo al Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI), tres de cada diez argentinos fueron discriminados alguna vez. Cerca de cinco presenciaron un acto de discriminación. Siete de cada diez habitantes discriminan pero apenas seis de cada cien hicieron alguna denuncia o conocen a alguien que la haya hecho.

Hace casi 50 años Martin Luther King luchó con ahínco contra la segregación racial en Estados Unidos. El aseguraba que la lucha no se debía hacer en las calles sino en los tribunales. Yo también lo creo así y es por eso que debemos como sociedad civil no sólo cambiar nuestra mentalidad respecto a las minorías, a las diferencias; debemos también exigir un marco jurídico que prevenga, erradique y castigue la discriminación.

Nuestra sociedad actual, nuestras ciudades, nuestras naciones ya no se pueden dar el lujo de la gratuidad en muchos aspectos y  la ley debe estar ahí para que discriminar no salga gratis.


Vídeos que no hay que dejar de ver cuando de discriminación se habla
Vídeo de la Secretaria de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG del PSOE


Vídeo del estudio de CONAPRED sobre racismo en México


Corotmetraje "Todos Discriminamos / Todos Discriminados"

Comentarios

  1. Excelente artículo acerca de la discriminación y temas relacionados. Vivo en Argentina y es tal cual como dices. Además, la devastación de las tierras y los bosques aumenta día a día. Yo no concibo que pueda haber gente con tanta avidez que quiera aniquilar a la humanidad y a todo ser viviente. Sobre-explotación y discriminación van de la mano. Muy buenos los videos. Volveré para ver otras entradas. Por ahora me hago fan y te sigo, abrazos!

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  2. Gracias por tus comentarios Sylvia; un blog y su autor se nutren de ellos y en especial cuando son buenos. Abrazo!

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