Los límites de la ciudad


Los planes de ordenamiento territorial son una maravilla cuando se hacen bien pero especialmente cuando se respetan; de hecho, deberían considerarse como el invento del hombre blanco y como tal deberían ser sagrados.

Lamentablemente, no sucede así; muchas ciudades no tienen un plan de desarrollo y de ordenamiento de su territorio; otras lo tienen pero no lo siguen; algunas más lo tuvieron pero el crecimiento poblacional y la corrupción echaron por la borda cada una de las ideas ahí plasmadas; muy pocas ciudades modernas crecen en orden, con límites claros y con usos del suelo claramente delimitados. 

Personalmente creo que lo más grave de la falta de ordenamiento territorial es que las ciudades no tienen límites; son como pequeños universos infinitos que crecen sin fin hasta que secuestran carreteras para convertirlas en calles y poder así deglutir paulatinamente a la ciudad vecina.

No sucede sólo en Latinoamérica, en Asia, Europa y Norteamérica las ciudades también se desbordan y comienzan a llamarse elegantemente "zona metropolitana"; sus habitantes comienzan a elegir vivir "a las afueras" donde aún hay campo y aire limpio; muchos gobiernos eligen construir viviendas de interés social allá también, en la periferia; años después ya es un caos y hay que solucionar la dotación de servicios públicos; el suministro de bienes y servicios a más de 30 ó 40 km del centro de la ciudad y el caótico tránsito que lleva miles de autos por las mañanas hacia el centro y que los devuelve por las noches.

Las consecuencias de estas expansiones ilimitadas son muchas más que éstas: se pierden recursos agropecuarios, la ciudad se vuelve difusa y lo más grave es que se multiplica el consumo de suelo, energía y materiales.

Hace poco tuve la oportunidad de ir desde la Ciudad de México hasta las Pirámides de Teotihuacán; veía atenta por la ventana como la ciudad no se acababa nunca; cómo no lográbamos salir a esa carretera que te hace saber que ya comenzó el paseo; como la Ciudad de México  se desborda en un caos urbano de viviendas a medio terminar, sin pintar, sobre calles de tierra, en medio del caos. A ese paso, Teotihuacán se convertirá en una colonia más de la inmensa urbe...

No somos ajenos al problema; las ciudades necesitan repoblar sus centros, sus barrios de antaño y dejar de invadir el campo que las rodea; así que antes de elegir una casa piensen en los urgentes límites de la ciudad en donde viven.

Comentarios

  1. ... sigamos entonces, construyendo una ciudad que sea espacio de diversidad, de solidaridad y de convivencia; concebida, pensada, proyectada y construida desde una nueva ética arquitectónica, mas democrática, participativa, viva y creativa...

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