Chinampas contra supervías

Desde hace algunos años es del dominio público que el agua en la Ciudad de México ya no alcanza. Una de las razones sin duda es que el agua en la ciudad se distribuye con el mismo criterio que la riqueza: en las zonas residenciales se consumen hasta 700 litros por persona al día mientras que en colonias populares (como Iztapalapa ya famosa por nunca tener agua) hay quienes viven con 20 litros al día.

Otra razón, la más evidente es que no hay suficiente y de esto se ha culpado rutinariamente a la sobrepoblación de la ciudad; sin embargo yo me atrevo a decir que hay una razón más poderosa: el agua limpia de la ciudad fue convertida en drenaje y lo peor de la historia es que se hizo de forma consciente.


Hace poco más de 70 años la Ciudad de México era atravesada por 70 afluentes, en esa época la ciudad fue sorprendida por el creciente volumen de aguas negras el cual se les ocurrió esconder descargándolo en los diferentes ríos; como podrán imaginarlo poco tiempo después el olor ya era insoportable en algunas zonas y junto con el olor comenzaron los problemas de salud pública, la carrera por la solución de oro comenzó.

Cerca de 1940 el arquitecto Carlos Contreras levantó la mano, tenía una gran idea: edificar un anillo de circulación sobre los ríos de la Piedad, el río Consulado y la Verónica. De esta forma el oloroso muerto quedaría enterrado y la ciudad tendría nuevas y modernas vialidades. La idea tardó varios años en digerirse pero finalmente fue bien aceptada y en 1952 comenzó a construirse el viaducto.

Así  poco a poco el agua limpia de la ciudad se fue mezclando con las aguas negras y la ciudad se fue secando; hoy en día aún hay 48 ríos alrededor de la metrópoli de los cuales se aprovecha una mínima cantidad y otra mayor se mezcla con el drenaje siguiendo como si fuera un ritual esta mala práctica de  los años 50.

No me sorprende ver la nota de hace unos días en los principales periódicos del país donde Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), afirma que el 10% del agua de la red pública es robada a través de tomas clandestinas, casualmente la mayor parte de estas tomas están en Iztapalapa y cómo no va a ser así cuando la gente pasa meses sin agua.

Pero no todo está perdido, la ciudad de Seúl nos ha dado un ejemplo único de cómo rescatar lo que se creía perdido. A mediados de 2003, el alcalde Lee Myung-Bak, , levantó el pavimento del río Cheonggyecheon el cual atravesaba 6 km del centro de la ciudad y el cual había sido entubado y cubierto con planchas de concreto allá por la misma época que nuestro viaducto. Pues sí, tiraron la inmensa vialidad, restauraron y limpiaron la corriente y construyeron andadores peatonales a lo largo del ahora cristalino río.

Además de poner a Seúl en la boca de todo el mundo el alcalde se ganó a la ciudadanía la cual le dio un gran premio un par de años después: la presidencia del país. Con miras al 2012 bien estaría que alguno de los interesados en el premio mayor se atreviera a hacer un proyecto así… y volverían las chinampas en vez de las supervías.

Vale la pena leer
“Los ríos que ya no tenemos” en : http://www.eluniversal.com.mx/notas/377721.html

Comentarios

  1. La inocultable ceguera e ignorancia de nuestros políticos y gobernantes, en su torpe comprensión de la Naturaleza Sagrada del Agua y su Relación con el Valle de México. Ahora que comenzamos a abrir los ojos, deberíamos Rescatar el Proyecto que el Arquitecto Teodoro González de León, Nabor Carrillo y Fernando Hiriart, impulsaron para Recuperar el Equilibrio Ecológico del Siglo XV, en condiciones de modernidad: El Proyeco de Recuperación de la Ciudad Lacustre.
    Necesitamos urgentemente desarrollar una Nueva Cultura del Agua. "¡A DESASFALTAR!". Esa debe ser la Consigna de una Nueva Visión General para nuestra Ciudad.
    ¿Cómo resolver el problema de la carencia de agua, bajo las condiciones de uso actuales? Necesitamos llevar el tratamiento y reciclamiento del Agua, hasta las últimas consecuencias. La Cosecha de Agua debe ser impulsada en forma creativa, múltiple y generalizada. En lugar de "pipas" transportando agua, gigantescas esculturas-aljibes monumentales, cosechadoras de agua. Todos los techos, camellones, paseos y calles; plazas públicas, casas y edificios debn hacerse verdes, productores de alimentos y cosechadores de Agua. El Agua DEBE SER VISTA como lo más Sagrado: La Sustancia Viva que nos dá la Vida. ¡No habrá Supervías! ¡Habrá Milpa Generalizada y Chinampas! ¡A Desasfaltar! ¡Con Milpa Somos Pueblo, y Sin Frijol y Sin Maíz, no hay País!

    ResponderBorrar
  2. ¡Me encanta tu trabajo Sofia! ¡Felicidades!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario