Cuando el tren... o Walmart llegan al pueblo


Sin duda uno de los elementos clave de la sustentabilidad es el fomento de la economía local y sin duda también es uno de los elementos más olvidados no sólo por cada uno de nosotros en el día a día sino también por nuestros gobiernos. A mí personalmente es un tema que me apasiona y que cada día me preocupa más, pues al menos en este país cada vez veo más lejos la posibilidad de que el gobierno y los ciudadanos apoyen antes que nada a las empresas locales.

Y como este tema me apasiona tanto cuando alguien habla de algo que tenga que ver con economía local suelo entrar en discusiones acaloradas que hasta gastritis me provocan. En estos días tuve una de esas discusiones cuando en la sobremesa un familiar toco el tema de la gran conveniencia de comprar en los supermercados en vez de en el mercado, en la recaudería o en el tianguis “los precios son mucho mucho pero mucho más bajos” me dijo; por horas debatí acaloradamente sobre el precio tan alto que pagamos como país para que esas tiendas puedan dar esos precios tan bajos.

Efectivamente cadenas de supermercados como Walmart, Soriana, Comercial Mexicana o Chedraui hoy tienen la capacidad de ofrecer precios muy bajos y ofertas hasta inexplicables ¿Qué cómo logran esto? Pues esto se logra gracias a una estrategia creada en E.U.A. por Sam Walton en 1962 que hoy se conoce como “Efecto Walmart”; el Sr. Walton pensó que en sus tiendas siempre se tenía que ofrecer el precio más bajo, por lo tanto el decidió que sus ganancias siempre serían fijas y que cualquier descuento que consiguiera con los proveedores lo trasladaría directamente al precio para que el consumidor pagara menos. Así comenzó la historia, Walmart acompañó su estrategia de precios con una de rápida expansión lo que le fue dando cada vez más poder y lo colocó en un nicho privilegiado que le permitió endurecer su estrategia de precios creando las “subastas inversas”. El proveedor de esta cadena de supermercados nunca es buscado, es él quien se acerca a las mesas de negociaciones junto con todos sus competidores; ahí el gigante de los supermercados les informa cuánto quiere pagar por determinado producto (sin importarle si este precio está por debajo de los costos de producción de muchos), el que se acerque más a este precio gana el privilegio de distribuir sus productos en la cadena de supermercados más grande del mundo siempre y cuando se ajuste a las políticas de la empresa que en algunos casos incluyen el pago ¡a 270 días!

La verdad es que eso de la ganancia fija nunca fue del todo cierto pues para compensar el esfuerzo de bajar los precios negociando sin realmente negociar crearon el esquema de trabajo de “asociado”; si decides trabajar en Walmart no recibes las prestaciones de ley ni tienes derecho a sindicalizarte simple y sencillamente porque no eres un trabajador, no señor, tienes el honor de ser un socio de esta prestigiada empresa la cual “ahorra” 35% de sus ingresos cada año al usar este esquema de contratación.

El crecimiento de este imperio del menudeo ha sido desmedido en México donde se tienen casi 1,500 tiendas que en conjunto vendieron $269,397 millones de pesos tan sólo en 2009 reportando un crecimiento de más del 10% en pleno año de crisis. En 2009 se inauguraron 275 tiendas pertenecientes a Walmart. Ese mismo año, en nuestro país desaparecieron casi 6 mil microempresas.

Cuando un gobierno observa este fenómeno dispar es cuando debe actuar haciendo uno de los trabajos más importantes para el cual fue contratado: regular, el otro trabajo de igual importancia, sin duda, es garantizar la seguridad de sus ciudadanos. La regulación en México es sin duda un atractivo “producto light”. “A la Comisión Federal de Competencia (CFC)” - de acuerdo a Juan Francisco Valerio Méndez, asesor de esa dependencia -  “no le preocupa el beneficio o perjuicio que trae consigo la instalación de un supermercado entre los micronegocios y las consecuencias de esto”.

En otros países ni el gobierno ni los ciudadanos han sido tan benevolentes con Walmart. En Argentina, por ejemplo, con planes de expansión como los de México, sólo se han podido abrir alrededor de 30 tiendas. A principios de 2009 hicieron un gran esfuerzo por abrir una sucursal en Bariloche, el 29 de mayo de ese mismo año el gobierno de la ciudad  les prohibió establecerse al ser advertidos por ciudadanos y comerciantes locales del efecto de esta tienda en la economía local.

En 2006 en Noruega el gobierno decidió vender bonos y valores invertidos por el Fondo de Petróleo en Walmart después de que un comité ético concluyó que la empresa 'viola de forma sistemática los derechos humanos y los derechos laborales de sus trabajadores'.

Cuando en 2004 Walmart anunció la construcción de una tienda más justo junto a las pirámides de Teotihuacán muchos grupos ciudadanos se movilizaron para evitar esto, a un habitante local le pidieron su opinión y dijo no entender porqué se oponían, que él estaba contento, que el progreso por fin había llegado a su pueblo.

En la primera década del siglo XX progreso era sinónimo de la llegada del tren a un pueblo, en la primera década de este siglo progreso significa la llegada de Walmart a un pueblo.

Y si como yo ya te quedaste picado con el tema, navega por aquí:




http://www.jornada.unam.mx/2006/12/20/index.php?section=opinion&article=023a2pol

Comentarios

  1. que no uno de los sellos qeu habre el angel en el apocalipsis dice uqe el fin del mundo se acerca cuando construyan el walmarte de teotihuacan? tu di cuando y me pongo quemar esos pinches walmarts en queretaro.

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  2. Entiendo tu punto de vista, es racional y de plena justicia social y ahora no sé qué decir. Pregunto, ¿será comprensible también el mío? porque estoy como el habitante de Teotihuacán: por fin llegó el progreso a mi pueblo.
    En San Cristóbal de Las Casas, antes del nuevo Chedraui y ahora del Wallmart debíamos dedicar dos días a la semana para proveernos de los víveres de la semana y ahi andábamos como la Virgen de las posadas, de tienda en tienda consiguiendo el pan, la leche, el queso, la fruta en el mercado, etc. (Por cierto el mercado de San Cristóbal tiene siempre los pasillos húmedos por el derrame de "aguas negras" que hay en él). Y antes no era nadie aquí víctima del Wallmart pero sí de los explotadores locales, dueños del pueblo y de las grandes tiendas de abarrotes, que daban la mercancía a precio de oro y además pagaban una miseria a sus empleados.
    ¿Cómo ves? ¿lo recuerdas?

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  3. Ahora sí que como dice el refrán "ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre" y precisamente de eso se trata la regulación gubernamental y también de eso se trata ser un consumidor informado: ni permitimos los mono u oligopolios pero tampoco permitimos que los comercios locales den los precios que quieran o que los mercados sean insalubres, para eso está PROFECO, Salubridad y muchas instancias más.
    La clave del desarrollo sustentable es precisamente ese delicado equilibrio entre economía, sociedad y ambiente y cada pueblo tiene que encontrar su propio equilibrio; lo que yo dudo es que empresas como Walmart acerquen a un pueblo a ese equilibrio.

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  4. Tienes razón se debe fomentar el consumo interno desafortunadamente las mismas empresas mexicanas no le quieren entrar a la competencia y llegan compañias de otros paises con todo el animo de apropiarse del mercado. Se privilegio importanción estas son las consecuencias ahora darle reversa no es simple. Pocas empresas mexicanas tienen la posibilidad de competir con marcas extranjeras; desafortunadamente la guerra entre autoservicios ha canibalizado y pulverizado el mercado sin regulación alguna.

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