Rutas indescifrables


Hace unos días tuve un accidente carretero en mi coche; afortunadamente no fue de gravedad, sólo el susto, algunas lesiones menores y ahora lamento también el haberme quedado sin carro y no por lo material, lo lamento por lo complicado que es moverse sin éste en algunas ciudades de nuestro país.

Hoy les voy a contar mis aventuras desde que soy usuario del sistema de transporte público: acostumbrada al coche mi primera opción es que alguien me preste uno, alternativa que por el momento he de desechar porque tengo una lesión en las cervicales que me impide manejar; la segunda opción es que alguien me dé cómo se dice en México un “aventón” o un “ride”, agotada esta posibilidad mi tercera opción son los taxis los cuales son rápidos, abundantes y caros, muy caros (y algunas veces peligrosos); por alguna razón, la cual desconozco mis hijos detestan los taxis, el más pequeño se marea y la mayor dice que se aburre así que comencé a experimentar el transporte colectivo. La primera vez nos fue muy bien, tomamos un microbús de la esquina de la casa al centro comercial, un viaje de apenas 2 km, fuimos casi los únicos pasajeros y todo fue miel sobre hojuelas. El regreso fue igual de fácil, nada más que ahora en combi, nos gustó la experiencia y hasta me sentí avergonzada de no haberlo hecho antes, pensé que teniendo ese transporte debo usar mucho menos mi coche.

Ayer mi opinión del transporte público de la ciudad donde vivo cambió abruptamente: por la mañana tuve un festival escolar dedicado al Día de las Madres en un bello edificio de la escuela ubicado en el Centro Histórico, mi esposo nos llevó por la mañana y luego se fue a trabajar, yo le dije que se fuera sin preocupación, que el transporte público era una maravilla; él me sugirió que mejor me regresara con alguna amiga. En fin, una vez que mis hijos bailaron y yo me emocioné muchísimo, los tomé de la mano, los llevé a desayunar les pedí que fueran al baño antes de emprender nuestro viaje y acto seguido tomamos la combi que nos deja en la esquina de la casa; parecía un plan perfecto. Después de 10 minutos, la combi iba llenísima, había gente parada enroscada (para caber), un señor se sentó sobre el bello disfraz de dama del Porfiriato de mi hija y hacía un calor infernal. Continuamos nuestro recorrido; a los 20 minutos el calor era insoportable y logré con algunos esfuerzos y ayuda de una señora abrir una de las ventanas entintadas de la combi, por fin entró el aire y por fin pude ver dónde íbamos ¡seguíamos en el centro de la ciudad!, curiosa por el escaso avance de la combi (porque lento no iba) le pregunté a la señora de junto si conocía la ruta, cuando me la explicó me quería morir, la combi avanzaba todo el trayecto por pequeñas calles serpenteantes para cubrir una distancia de aproximadamente 8 km en una hora o más. Desistí, me bajé con mis dos niños y tomé un taxi cómodo, veloz y caro hasta mi casa.

Yo tengo esa alternativa, la del taxi de más de medio salario mínimo (2.70 dólares) pero un 70% de la población sin duda no la tiene y no le queda más que usar un sistema de transporte arcaico que consiste en una batallón de pequeñas combis y muy pocos microbuses que cubren rutas diseñadas para ir por calles y no por avenidas dando prioridad a la colecta de una mayor cantidad de pasaje y no a la velocidad y a la eficiencia. Este sistema tiene a la gente acostumbrada a tomar la combi literalmente en la puerta de su casa y luego a pasar horas en ella para llegar a su destino. Este sistema además impide que el foráneo o el turista usen el sistema de transporte público, en primer lugar por su lentitud y en segundo porque descifrar el destino de cada combi es un misterio; las combis están pintadas de diferentes colores y tienen un número de ruta asignado, cada color indica una zona de destino final y cada número el trayecto por donde avanzará; no tienen un letrero que indique los puntos principales por los que pasa, antes me sorprendía, ahora me parece lógico pues tendrían que decir algo así como: “Calle 5 de mayo, tiendita de Doña Mary, casa de Don José, Callejón de las Orquídeas…”; para el turista, seguiría siendo información igual de inútil.

El transporte público en las ciudades mexicanas era así hasta que hace unos 20 años comenzó a modernizarse en las ciudades más grandes como las de México, Guadalajara y Monterrey. Algunas capitales han hecho también una reingeniería en sus rutas de transporte público y no sólo eso, han optado por sistemas más limpios y eficientes, tal es el caso de León o de Tuxtla Gutiérrez. Y al resto de las ciudades mexicanas ¿cuándo les llegará esa modernidad?

No podemos combatir problemas como el cambio climático si las ciudades no ofrecen a sus ciudadanos sistemas eficientes de transporte público y espacios seguros y adecuados para el peatón. Si somos usuarios frecuentes del vehículo particular pensemos porqué no usamos el transporte público y busquemos que nuestros gobiernos cambien la situación actual.





Comentarios

  1. el problema es que como dice un cuate, la gente esta acostumbrada a andar con mas desesperacion que prisa.
    un transporte publico que pase por las avenidas de las ciudades, cuando estas ciudades no son Mèxico, Monterrey o Guadalajara es imposble porque basicamnete solo en estas ciudades hay avenidas.
    las rutas tienen que andar por callesitas porque no hay de otra, la onda esta en palinificar no rutas de transporte con el gobierno, si no los tiempos con los que vamos de un lugar a otro, si no hay prisa caminar hasta salir de los llamados "primer cuadro", si hay prisa entonces organizar por prioridades, y desechar cosas que no son importantes de hacer para dedicarle mas tiempo al transporte de auqellas que son imprescindibles. invertir en unos bunos tenis y una gorra, y darle al patin.

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  2. Lamentablemente es algo que posiblemente no encuentre una solución a corto plazo. En el DF la mayor parte del transporte concesionado (los superfamosos peseros) se sienten los dueños de la calle. provocan accidentes, juegan carreras, tratan mal al pasaje,suben a todo ser viviente. creo que su objetivo no es brindar un servicio sino sacar un provecho propio, y siempre se quejan para subir el pasaje!!!!!!! desde niño he usado transporte público, a veces concesionado, a veces el que controla el gobierno local, y definitivamente hay horas pico en las cuales es mejor quedarte esperando en el trabajo o en tu casa antes de salir, pues todo pasa, llegas tarde, cansdo y hasta de ml humor por todas las desventuras de viajar en transporte público. creo que si se combinan las opciones de usar el transporte público, pedir o dar un aventón y usar responsablemente el auto podemos lograr en gran medida ayudar al ambiente, nuestra convivencia con nuestros congéneres y la llegada a nuestro destino sin problemas. Feliz día de las madres!!!!!!!

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  3. pon las respuestas de los comentarios aca, asi podemos darle follow up (notese mi flash back) a los articulos

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